Presentación

Hola amig@s!

Por el título del blog, tal vez hayáis pensado que pretendo plantear los problemas que pueden surgir en casa, a la hora del baño de los peques, pero en realidad el tema que quiero tratar es el de los niños en la piscina.
Ahora que se acerca la época de calor, las piscinas, tanto municipales como las de las urbanizaciones, o incluso las particulares de casas independientes están a punto de ser abiertas al público. Todo hijo de vecino, tanto adultos como niños, está deseando que esto ocurra, sobre todo en ciudades como Madrid, en las que el calor suele apretar, y no hay una bendita playa a la que poder escaparse para darse un chapuzón en caso de agobio. Pero entre los hijos de vecino, hay una tercera clase de público o ser humano, que es el adulto con uno o más niños a su cargo, para el que esta época resulta bastante inquietante, y se puede llegar a convertir en un auténtico suplicio.
La piscina tiene varios tipos de peligro para los niños, que se podrían clasificar en función de la edad de éstos, y que me gustaría comentar con vosotros en este blog, pero, estaremos todos de acuerdo en que el peligro por excelencia, sería la caída fortuita al agua de un niño, que no sabe nadar, y que por esas fatalidades de la vida, pasa totalmente desaperciba en un principio, y que en el mejor de los casos, a los pocos segundos alguien da la voz de alarma. Pero lamentablemente, en muchos casos en que esto ocurre, cuando echan de menos al niño y se dan cuenta de que se ha caido al agua, ya han pasado varios minutos y el pequeño ya es irrecuperable.
Por esto es tan importante que los niños cuanto antes acudan a cursillos de natación, que como sabéis, se imparten a niños de todas las edades, desde los 6 meses en compañía de los padres. Esto no es garantía absoluta de nada, y el hecho que el niño haya adquirido ciertas habilidades como alcanzar el bordillo tras una zambullida, no debe ser en ningún caso excusa para el adulto que está a su cargo para perderle de vista ni un instante, pero sí es cierto que este niño ante cualquier descuido del adulto, siempre tendrá alguna probabilidad de salir ileso de este tipo de situaciones
Yo soy monitora de natación y he trabajado varios años en la piscina de un colegio en horario extraescolar, con grupos reducidos, y la verdad es que es un trabajo bonito y muy gratificante. La experiencia para los niños también es muy buena, siempre y cuando sepamos respetar sus miedos y no pretendamos que los superen a la fuerza.
Veréis a lo que me refiero.